miércoles, 3 de diciembre de 2014

CRÓNICA DE UN DEBUT: MARATÓN SAN SEBASTIÁN 2014

6:15 de la mañana, suena el despertador… nada más sonar abro los ojos como platos. Lo primero que hago es comprobar que no me duele nada, ningún músculo cargado y no ha aparecido ninguna molestia ni nada raro… todo en orden! Además he de reconocer que dormí bastante bien.
Me levanto inquieto, hora prevista de salida del hotel 7:00, pero para las 06:30 ya estoy vestido y casi listo para salir… últimas comprobaciones y rumbo a Anoeta!
Llueve un poco, pero aparentemente no hace mucho viento… ojalá se quede así el día!!

Por el camino me hacen la pregunta: - ¿estás nervioso?   - Sí… no… no sé! Lo que quiero es empezar a correr.

Aparcamos cerca del campo y vamos a desayunar. Ahí es donde se empieza a respirar el ambiente de la carrera… la cafetería llena de corredores, el stress de los camareros, la cola en el baño para los “últimos preparativos”… Desayunamos y al coche a terminar de prepararme y, sin darme cuenta, ya estoy listo, ya tengo todo preparado, el dorsal, las zapatillas con los cordones perfectísimamente atados, los manguitos, los geles, el pulsómetro, el GPS con los satélites cogidos… me acabo de dar cuenta: HA LLEGADO EL MOMENTO.

Me despido de los míos (cómo se agradecen esos ánimos y ver que tienen tanta ilusión como tú) y me meto en la marabunta de corredores. Caliento un poco y veo la salida de la prueba de 10 km… he de reconocer que ahí un escalofrío de emoción me recorrió de arriba a abajo… Sigo calentando, trote lento, muy lento (no vaya a ser que me canse antes de tiempo), últimos estiramientos, un par de progresiones y al lío! Busco un sitio en el cajón de salida y justo me encuentro con unos conocidos de la “delegación” de cántabros, lo cual se agradece mucho, no te sientes solo; se nos notan los nervios a todos…

El día es perfecto: 14 grados, nublado, no llueve pero a ratos cae alguna gotilla y el viento parece que ha decidido no madrugar…

1 minuto! Esto empieza ya! Último repaso mental, visualizo la carrera y disparo!! 40 segundillos andando y pasamos por debajo del arco, justo cuando puedo empezar a correr… primeros metros un poco caóticos, mucha gente, pocos huecos… mantengo la cabeza fría y no me lanzo, intento ir encontrando mi hueco y poco a poco me voy acomodando.

Primeros kilómetros, llevo buenas sensaciones, quizás un poco más alto de pulso de lo que esperaba, pero muy poco. Los ánimos a tope! Las piernas responden y me siento cómodo. Intento ir encontrando mi sitio y alguna grupeta de compañeros de batalla, pero es muy difícil, se juntan los de maratón y media maratón, mucha gente con ritmos diferentes… se podría decir que voy todo el rato solo pero sin ir solo en ningún momento…

Km. 10. Hago el primer balance de daños. Paso ligeramente por encima de los 40’ y empiezo a ver que hay una ligera diferencia entre el GPS y los carteles (de los cuales me fío más), pero bueno, va todo según lo planeado. El pulso bien, de caja perfecto y de piernas, de momento, sin ninguna molestia. Es pronto, no te emociones…

Sigo pasando kilómetros, creo que no soy del todo consciente de donde estoy ni de lo que estoy haciendo, pero lo disfruto como un enano. Pasamos la zona de la playa y llegamos a la zona más solitaria de recorrido. Tomo el primer gel en el km. 12 y tengo la suerte de encontrar un grupillo de asturianos con los que voy aproximadamente hasta el km. 20.
Esa zona del recorrido, el centro de la ciudad y sobre todo la llegada a Anoeta, es INCREÍBLE. El recorrido está abarrotado y la gente anima muchísimo, emoción contenida y nudo en la garganta… y encima tengo la suerte de ver a los míos, lo cual recarga las pilas para lo que queda.

Primer paso por Anoeta, animo un poco a los de la media maratón que están terminando y toca empezar a restar kilómetros.
Paso la media maratón dentro de lo planeado, pero sigo viendo que hay una diferencia según el GPS y los carteles de aproximadamente 2 segundos por km. De todas formas sigo con la velocidad crucero puesta, ni más rápido ni más despacio, y poco a poco adelantando gente… Nos alejamos un poco del bullicio de gente y ahí si que me veo un poco solo. Sin los de la media maratón se nota mucho la diferencia.

Me tomo el segundo gel y una barrita de golosina, sigo bastante solo y un poco desconcertado, voy bien pero pensé que a esas alturas de carrera iría mejor… de todas formas sabíamos a lo que veníamos! siguen pasando los kilómetros y el ritmo no baja, sigo alcanzando grupillos y adelantando gente, poco a poco pero constante, empujado por los ánimos de la gente (me quito el sombrero con esa ciudad… como lo viven).

Llegamos al km. 30 y sigue todo más o menos igual: el ritmo el mismo, el pulso y de caja no varían, el desfase entre GPS y carteles igual, pero mis piernas me empiezan a preguntar si falta mucho… las molestias que venía arrastrando en el glúteo me dan un par de sustos, pero afortunadamente se queda en eso.

Me pongo el horizonte mental del km. 32, nunca he pasado de esa distancia corriendo, soy consciente de que ahí voy a sufrir (quizás aparezca el famoso muro), pero me mentalizo que tras eso sólo queda una cuenta atrás de 10 km…

Empiezo esa “ansiada” cuenta atrás, paso el km. 32, territorio nuevo para mi. Coincide con la zona menos animada del recorrido. Se empiezan a ver bastantes caídos en combate, retirados, estirando a los lados o andando… esto se hace duro para todos, creo que ahí es donde comienza el maratón. Entre los km. 32 y 36 mi cabeza y mis piernas se empiezan a pegar entre ellas. Me doy un un margen de 5 segundos con el ritmo que quería llevar, ya que o hago eso o reviento. Kilómetros durísimos, empiezo a mirar el reloj muy a menudo. Me tomo el tercer y último gel. Giramos de vuelta a la playa desde donde afrontaría los 4 últimos kilómetros, que es el punto kilométrico que me he puesto como objetivo. Se me hace muy largo el camino hasta ahí, y para colmo, al llegar, toca viento de cara…

Entonces es cuando se me ilumina el camino… viento de cara, piernas cargadísimas, el pulso ha subido y sé que no voy a conseguir mantener el ritmo que quería pero… me quedan 4 kilómetros! 4 KILÓMETROS!! Después de casi 4 meses preparándolo y 1.200 km. en mis piernas estoy a sólo 4 kilómetros de hacerlo!

Aprieto los dientes y trato de mantener el ritmo más alto que puedo, sin salirme de punto. No tengo calambres ni nada, pero voy ya reventado y por mucho que quiero no puedo ir más rápido. 3 kilómetros! Paso por el centro de la ciudad, la gente nos anima muchísimo, se nota que empujan. Sigo adelantando poco a poco a esos luchadores que, aunque rotos, se exprimen para acabar.

2 kilómetros! Ahí está! Un par de curvas más y veo Anoeta; pero qué largo este kilómetro… parece que no avanzo, miro el reloj cada 10 metros… sufro mucho pero ya no pienso bajar el ritmo, está hecho! Sigo adelantando gente, no voy tan mal hombre!

Último kilómetro!! 1.000 mts. más y seré maratoniano! Me acerco a Anoeta, lo de la gente es increíble, te llevan en volandas. Voy que ni siento ni padezco por lo que estoy sufriendo y aún así noto como empujan. Bordeamos Anoeta, ya huelo la meta, una curva más, entro a Anoeta. Ahora si, ya está ahí.

Últimos metros, en la contrameta adelanto a un último corredor. Por favor, que no me esprinte, no tengo ni fuerzas ni ganas, quiero disfrutar este momento... y así es, me concede un pacto de no agresión.

Recta final, últimos metros, últimas fuerzas, es el momento, ahora sí, SOY MARATONIANO!!!

Miro el reloj, 2:51:28, creo que nunca olvidaré ni ese día ni esa cifra.

Ya en frío hago balance: cuando empecé el plan quería bajar de 3 horas, objetivo cumplido y con creces! Quizás los últimos entrenos y los tests me decían que estaba para algo menos, pero me da igual, lo mire por donde lo mire estoy encantado con mi tiempo. He entrenado mucho para ello y reconforta ver que tanto esfuerzo ha merecido la pena. 

Sólo me queda dar las gracias a los que me han apoyado, se han preocupado y a la que me ha aguantado tan monotemático en las últimas semanas. MIL GRACIAS. Media medalla es vuestra.


Por último, animo a todo el mundo a dar el paso correr un maratón algún día. Da igual el tiempo: 3, 4 o 5 horas, cada uno disfrutamos de esto de correr en la medida que nos deja nuestro tiempo, nuestro cuerpo y nuestras ganas, pero preparándolo bien (por el respeto que hay que tener a una distancia así) es una experiencia inolvidable, de verdad, independientemente de lo que se tarde. Y San Sebastián me parece uno de los mejores sitios para hacerlo, sinceramente, me sentí como si corriese en casa.

1 comentario:

  1. Elizabeth Ruiz Diego6 de diciembre de 2014, 11:03

    Fui afortunada en los primeros momentos, en ese levantar, preparación para comenzar, es como un ritual. Se ve el sacrificio y la ilusión del momento que llega. Todo emoción y esperanza de que el esfuerzo que va ha hacer, basado en tan larga y dura preparación, se vea recompensado con la meta prevista. Y fué emocionante verte pasar en la salida, a la mitad de tu maratón, y sobre todo esos últimos metros. Gracias a ti por dejarnos disfrutar de ello y de tu esfuerzo a lado tuyo. Enhorabuena

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